Zagalillos del valle, venid
Pastorcitos del monte, llegad
Esperando el Mesías prometido
Ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá
Zagalillos del valle, venid
Pastorcitos del monte, llegad
Esperando el Mesías prometido
Ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá
La esperanza, la gloria y la dicha
La tendremos en Él, ¿quién lo duda?
Desdichado de aquel que no acuda
Con la fe que le debe animar
Zagalillos del valle, venid
Pastorcitos del monte, llegad
Esperando el Mesías prometido
Ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá
Zagalillos del valle, venid
Pastorcitos del monte, llegad
Esperando el Mesías prometido
Ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá
Nacerá en un establo zagala
Pastorcitos, venid, adoremos
Hoy venimos y luego volvemos
Y mañana nos puede salvar
Zagalillos del valle, venid
Pastorcitos del monte, llegad
Esperando el Mesías prometido
Ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá
Zagalillos del valle, venid
Pastorcitos del monte, llegad
Esperando el Mesías prometido
Ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DIOS DE LA ESPERANZA
Dios de la esperanza, te buscamos.
Durante esta temporada santa de Adviento,
ayúdame a verte en quienes nos encontremos.
Dios de esperanza, te buscamos.
Te buscamos en el pesebre rústico, un niño
nacido para salvar al mundo.
Que tu esperanza sea un consuelo para todos los
que anhelan justicia.
Dios de esperanza, te buscamos.
Que tu esperanza llene nuestros corazones y
tu gracia nuestros labios para que podamos
reflejarla a todo el mundo.
Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Se reza tres veces: Gloria al Padre...
Oraciones de cada día
Novena de Navidad día 1: La Reconciliación (16 de diciembre)
Del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los ángeles anuncian en Belén
Signo: Preparar con anticipación el pesebre resaltando en este día la imagen de Dios Padre y ambientarla con un cirio encendido.
Motivación:
Que al iniciar esta novena que nos prepara a la celebración de la Navidad del Señor Jesús, nuestros encuentros alrededor del pesebre nos permitan renovarnos acompañados de María como comunidad eclesial y como Pueblo de Dios en misión.Consideración
En el principio de los tiempos el Verbo reposaba en el seno de su Padre en lo más alto de los cielos: allí era la causa, a la par que el modelo de toda creación. En esas profundidades de una incalculable eternidad permanecía el Niño de Belén. Allí es donde debemos datar la genealogía del Eterno que no tiene antepasados, y contemplan la vida de complacencia infinita que allí llevaba.La vida del Verbo Eterno en el seno de su Padre era una vida maravillosa y sin embargo, misterio sublime, busca otra morada en una mansión creada. No era porque en su mansión eterna faltase algo a su infinita felicidad sino porque su misericordia infinita anhelaba la redención y la salvación del género humano, que sin Él no podría verificarse.
El pecado de Adán había ofendido a un Dios y esa ofensa infinita no podría ser condonada sino por los méritos del mismo Dios. La raza de Adán había desobedecido y merecido un castigo eterno; era pues, necesario para salvarla y satisfacer su culpa que Dios, sin dejar el cielo, tomase la forma del hombre sobre la tierra y con la obediencia a los designios de su Padre, expiase aquella desobediencia, ingratitud y rebeldía.
Era necesario en las miras de su amor que tomase la forma, las debilidades e ignorancia sistemática del hombre, que creciese para darle crecimiento espiritual; que sufriese, para morir a sus pasiones y a su orgullo y por eso el Verbo Eterno ardiendo en deseos de salvar al hombre resolvió hacerse hombre también y así redimir al culpable.
Palabra del Señor.Lectura de la Palabra de Dios Jn 3,16-17
“Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.”
Palabra del Señor.Meditación
Dios es amor que se comunica y se entrega a sí mismo. Dios ama gratuitamente, perdona y ayuda hasta enviar a su Hijo a salvar lo que estaba perdido.
La imagen de Dios que hoy queremos descubrir en este texto que se nos ha proclamado es la de un Padre lleno de ternura y no la de un juez severo e inclemente. De un Dios que no ha abandonado el mundo sino que se ha comprometido de tal forma, que es capaz de desprenderse de lo más querido y dar a su propio Hijo como don.Hoy nos preguntamos ¿tanto valemos nosotros a los ojos de Dios?. Lo que Dios en su infinita misericordia quiere es que nuestra vida no se arruine y que alcancemos la plenitud, para ello nos da a su Hijo. Quien se busca solamente a si mismo, se cierra a Dios y corre el peligro de permanecer cerrado ante la luminosa revelación de su amor.
Si no se toma en serio la voluntad de Dios, ¿cómo se va a creer en su amor? Este amor lo alejaría de su propio egoísmo y la haría sentir todavía más su propia dependencia de Dios. Quien busca siempre la comunión de Dios a través de las obras, está abierto a la luz de su amor.
Sonreír, dedicar tiempo para charlar hace bien en primer lugar a nuestra familia: Los abuelos que a veces se sienten ignorados, los niños se sienten acogidos. Este desata una cadena de reacciones, en las que la misericordia entra y sale de nuestras casas. Si la compartimos nos sentimos contentos, si la recibimos nos hace bien. “Sean misericordiosos como el Padre del Cielo es misericordioso.”
Novena de Navidad día 2: La Comprensión (17 de diciembre)
Si la NAVIDAD nos torna comprensivos es una excelente Navidad
Signo: Preparar con anticipación el pesebre resaltando en este día la imagen de Dios Padre y ambientarla con un cirio encendido.
Motivación:
En este segundo día de la novena, vamos a reflexionar sobre nuestra condición de bautizados, consagrados con el crisma de la salvación como miembros de Jesús, que ha hecho de nosotros un Pueblo de Reyes.Consideración
El Verbo eterno se halla a punto de tomar su naturaleza creada en la santa Casa de Nazaret en donde moraban María y José. Cuando la sombra del secreto divino vino a deslizarse sobre ella, María estaba sola engolfada en la oración. Pasaba las silenciosas horas de la noche en la unión más estrecha con Dios y mientras oraba, el Verbo tomó posesión de su morada creada.Sin embargo, no llegó inopinadamente; antes de presentarse envió un mensajero, que fue el Arcángel San Gabriel, para pedir a María de parte de Dios su consentimiento para la encarnación. El Creador no quiso efectuar este gran misterio sin la aquiescencia de su criatura.Aquel momento fue muy solemne. Era potestativo en María el rehusar... ¡Con qué adorables delicias. Con qué inefables complacencias aguardaría la Santísima Trinidad a que María abriese los labios y pronunciase el Si que debió ser suave melodía para sus oídos, y con el cual se conformaba su profunda humildad a la omnipotente voluntad divina!.
La Virgen Inmaculada ha dado su asentimiento. El Arcángel ha desaparecido. Dios se ha revestido de una naturaleza creada; la voluntad eterna está cumplida y la creación completa. El Verbo se ha hecho carne, y aunque todavía invisible para el mundo, habita ya entre los hombres que su inmenso amor ha venido a rescatar.
Lectura de la Palabra de Dios 1 Jn 1,1-4
“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos acerca del Verbo de la vida; pues la Vida se hizo visible, y nosotros hemos visto, damos testimonio y les anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído se los anunciamos, para que estén en comunión con nosotros y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Les escribimos esto, para que nuestro gozo sea completo.”
Palabra del Señor.Meditación
Con el salmo 95 rezamos: “hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Nuestro Padre Dios es la fuente de la vida y la posee sin limitaciones, por eso nos ha entregado a su Hijo, se ha hecho visible y nosotros hemos visto, damos testimonio y anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre y se nos manifestó. Este Hijo nos revela esa vida y nos la comunica.Hoy nos sentimos gozosos porque al acercarnos al pesebre contemplamos la Vida, al Emmanuel que es el Dios con nosotros. Que esta sea un oportunidad muy grande para que así como los pastores tuvieron la dicha de ver la manifestación de la vida divina, nosotros también podamos dar testimonio de esa verdad, para producir y reafirmar en nosotros la fe en la vida eterna, que es Jesús portador de la vida divina, y al mismo tiempo, el Mediador de esa vida para comunicarla a los hombres. La Palabra es la vida eterna que estaba en el Padre, y se manifestó a los hombres en la persona de Jesús.
Hoy en Belén tenemos la dicha de que nuestro gozo sea completo, porque en Jesús recién nacido descubrimos el rostro de la misericordia del Padre. Jesús de Nazaret con sus palabras, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios. Fue cercano a los pobres, pecadores, a los niños, a las mujeres que lloraban, a los hombres que pedían su ayuda y a sus discípulos.
Este rostro de misericordia que hoy nos regala Dios Padre es el que necesitamos para aliviar nuestras penas y tristezas, para devolverle el sentido a la vida y para reafirmarnos en la esperanza, sólo la misericordia puede hacernos más humanos y más creíbles en medio de las realidades de nuestro mundo.
Novena de Navidad día 3: El Respeto (18 de diciembre)
Un amor respetuoso nos impide juzgar a los demás, manipularlos o querer moldearlos a nuestro tamaño
Signo: Preparar con anticipación el pesebre resaltando en este día la imagen de Dios Padre y ambientarla con un cirio encendido.
Motivación:
En este día de la novena, reflexionaremos sobre nuestra condición de bautizados, consagrados con el crisma de la salvación como miembros de Cristo, que ha hecho de nosotros un Pueblo Santo.Consideración
Así había comenzado su vida encarnada el Niño Jesús. Consideremos el alma gloriosa y el Santo Cuerpo que había tomado, adorándolos profundamente.
Admirando en primer lugar el alma de ese divino Niño, consideremos en ella la plenitud de su ciencia beatífica, por la cual desde el primer momento de su vida vio la divina esencia más claramente que todos los ángeles y leyó lo pasado y lo porvenir con todos sus arcanos y conocimientos.Del alma del Niño Jesús pasamos ahora a su cuerpo, que era un mundo de maravillas, una obra maestra de la mano de Dios. Quiso que fuese pequeño y débil como el de todos los niños y sujeto a todas las incomodidades de la infancia, para asemejarse más a nosotros y participar en nuestras humillaciones.
La belleza de este cuerpo del Divino Niño fue superior a cuanto se ha imaginado jamás, y la divina sangre que por sus venas empezó a circular desde el momento de su Encarneción, es la que lavó todas las manchas del mundo culpable.
Pidámosle que lave las nuestras en el sacramento de la penitencia para que el día de su dichosa Navidad nos encuentre purificados, perdonados y dispuestos a recibirle con amor y provecho espiritual.Lectura de la Palabra de Dios Lc 2,25-28
“Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios”. Palabra del Señor.Meditación
La presencia del Espíritu Santo guía los pasos de los creyentes para que cooperen en la obra de salvación realizada por Cristo. Él es la guía y apoyo de la familia de Dios para ayudarla a contemplar el rostro de la misericordia.
En María el Espíritu Santo nos ayuda a contemplar el rostro de la misericordia porque llena toda su existencia desde el momento de la Encarnación hasta el acontecimiento de Pentecostés. Porque quiere unirse a María para que de Ella nazca Jesucristo, el Hijo de Dios y diga su Sí totalmente voluntario y libre, para entregarse al Espíritu de Dios, para convertirse en Madre de Dios.
En José el Espíritu Santo también nos ayuda a contemplar el rostro de la misericordia porque es el hombre de ojos limpios y corazón abierto que aprendió día a día el arte de aceptar y acoger incondicionalmente a María, porque supo ubicarse en la noche de la vida y orientarse en las dificultades; escuchó en silencio, respeto e hizo crecer la vida que se le confiaba y espero sin prisas en la noche, a que la Palabra de Dios le indicara el camino a seguir.
En nosotros la presencia del Espíritu también nos ayuda a contemplar el rostro de la misericordia, porque nos hace testigos fieles del amor de Dios y nos permite entender que ella es pilar que sostiene la vida de la Iglesia.
Hoy agradezcamos a Dios Padre, que por medio de su Espíritu nos ha dado la alegría de recibir el perdón de nuestros pecados, que escucha nuestras oraciones, que nos llena de valentía para enfrentar el mal y que enciende en nuestros corazones el amor para ser misericordiosos.
Novena de Navidad día 4: La Sinceridad (19 de diciembre)
Si la Navidad nos acerca a la verdad es una buena Navidad
Signo: Resaltar en este día la imagen de la familia de Zacarías, Isabel y Juan Bautista y junto a ella una foto de la propia familia y un cirio encendido.
Motivación:
En este cuarto día de la novena que nos prepara para la celebración de la Navidad, vamos a reflexionar sobre nuestra condición de bautizados, consagrados con el crisma de la salvación como miembros de Jesús, que ha hecho de nosotros un Pueblo Sacerdotal.Consideración
Desde el seno de su Madre comenzó el Niño Jesús a poner en práctica su eterna sumisión a Dios, que continuó sin la menor interrupción durante toda su vida. Adoraba a su Eterno Padre, le amaba, se sometía a su voluntad; aceptaba con resignación toda su debilidad, toda su humillación, todas sus incomodidades.¿Quién de nosotros quisiera retroceder a un estado semejante con el pleno goce de la razón y de la reflexión? Por ahí entró el Divino Niño en su dolorosa y humillante carrera; así empezó a anonadarse delante de su Padre; a enseñarnos lo que Dios merece por parte de su criatura; a expiar nuestro orgullo, origen de todos nuestros pecados.
¿Deseamos hacer una verdadera oración? Empecemos por formarnos de ella una exacta idea, contemplado al Niño en el seno de su Madre. El Divino Niño ora y ora del modo más excelente. NO habla, no medita, ni se deshace en tiernos efectos. Su mismo estado, lo acepta con la intención de honrar a Dios, en su oración y en ese estado expresa altamente todo lo que Dios merece, y de qué modo quiere ser adorado por nosotros. Unámonos a las adoraciones del Niño Dios en el seno de María; unámonos a su profundo abatimiento, y sea éste el primer efecto de nuestro sacrificio a Dios. Desaparezcamos a nuestros propios ojos, y que Dios sea todo para nosotros.
Lectura de la Palabra de Dios Lc 1,5-25
“En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto». Zacarías replicó al ángel: «¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada». Respondiendo el ángel, le dijo: «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. Pero te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno». El pueblo, que estaba aguardando a Zacarías, se sorprendía de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. “Al cumplirse los días de su servicio en el templo, volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir de casa cinco meses, diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor, cuando se ha fijado en mí para quitar mi oprobio ante la gente».” Palabra del Señor.Meditación
La Misericordia es la mirada amorosa de Dios que entra en la historia de una familia, de una persona, de una sociedad, para darle sentido y valor. Todo esto lo encontramos realizado y vivido en esta hermosa familia de los ancianos Zacarías, Isabel y del pequeño Juan, llamado más tarde Juan el Bautista. Esta familia aun dadas las dificultades: ancianidad, sin hijos, sabe confiar y esperar en Dios, “Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor”. La misericordia comienza por vivir según el amor y los mandatos del Señor, a ser justos delante de Él y a no obrar según el mundo. Es una familia, santuario de oración, que sabe confiar, y esperar; que descubre en la vida la respuesta de su oración, y acoge silenciosamente la mirada amorosa de Dios que irrumpe en el bebé por nacer, sabe ver en el niño un “motivo de alegría y gozo. Esta familia vive en el amor de Dios y sabe reconocerlo, lo que ayuda que los vecinos lo reconozcan también.
Miremos en las familias que forman nuestro vecindario qué testimonio recibimos de la misericordia de Dios que nosotros vemos reflejado en el cariño que se tienen, en la preocupación de unos por otros, en la ayuda que ofrecen a los más necesitados.
Novena de Navidad día 5: El Diálogo (20 de diciembre)
El diálogo sereno que brota de un sincero amor y de un alma en paz es el mejor aguinaldo que nos podemos dar en Diciembre
Signo: Preparar con anticipación el pesebre resaltando en este día la imagen de san José y ambientarla con un cirio encendido.
Motivación:
Este día de la novena nos recuerda que la Iglesia es un Pueblo en Oración y que cada uno de nosotros por la fe, estamos llamados -personal y comunitariamente- a escuchar, orar y predicar la Palabra como lo hizo María, para que el mundo sepa que Jesús es el Hijo de Dios.Consideración
Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Jesús en el seno de su purísima Madre; veamos hoy la vida que lleva también María durante el mismo espacio de tiempo.
María no cesaba de aspirar el momento en que gozaría de esa visión beatífica terrestre, la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que debía iluminar el cielo durante toda la eternidad. Iba a leer el amor filial en aquellos mismos ojos cuyos rayos debería esparcir para siempre la felicidad en millones de elegidos. Iba a verle en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud y en la serenidad reflexiva de la edad madura.
Tal era la vida de expectativa de María! Era inaudita en sí misma, mas no por eso dejaba de ser el tipo magnífico de toda vida cristiana. No nos contentemos con admirar a Jesús residiendo en María, sino pensamos que en nosotros también reside por esencia, potencia y presencia.Lectura de la Palabra de Dios Mt 1,18-25
“La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer. Y sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo al que puso por nombre Jesús.” Palabra del Señor.Meditación
San José es el testigo fiel del amor de Dios, que supo por experiencia, cómo la fuerza del Espíritu Santo penetra y purifica el corazón humano, haciéndolo más libre, más humano, más disponible a la voluntad de Dios.
Es testigo del amor misericordioso, porque se dejó sorprender por Dios y se abandonó confiadamente a su plan y acompañó a María y a Jesús con profunda cercanía, ternura entrañable y entrega incondicional de su vida en aquellos años de Nazareth.
Es testigo del amor misericordioso, porque en su camino de padre y esposo, pasó por inseguridades, dudas, temores, miedos. Compartió esperanzas, frustraciones , gozos y penas, pero siempre se dejó iluminar por la luz del Espíritu que lo fortaleció.
Es testigo del amor misericordioso, porque san José es el amigo que acompaña a los que iluminados por la Palabra, se sienten llamados a descubrir en las personas y en los acontecimientos de cada día, los signos de la presencia de Dios.
Que san José ayude a todos los papás a ser ejemplo de amor y misericordia ante todas las situaciones de la vida familiar con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad total a Dios.
Novena de Navidad día 6: La Sencillez (21 de diciembre)
Sencillez que es la virtud de las almas grandes y de las personas nobles
Signo: Resaltar en este día la imagen de la Virgen María y ambientarla con un cirio encendido, y/o algunas estrellas alrededor
Motivación:
Avanzamos en nuestra preparación para celebrar la fiesta de la Natividad del Señor, hoy reflexionaremos sobre nuestra condición de bautizados, consagrados con el crisma de la salvación como miembros de Jesús, que ha hecho de nosotros un Pueblo de Profetas.Consideración
Jesús había sido concebido en Nazaret, domicilio de José y María, y allí era de creerse que había de nacer, según todas las probabilidades. Más Dios lo tenía dispuesto de otra manera, y los profetas habían anunciado que el Mesías nacería en Belén de Judá, ciudad de David.
Para que se cumpliese esta predicción, Dios se sirvió de un medio que no parecía tener ninguna relación con este objeto, a saber: la orden dada por el emperador Augusto de que todos los súbditos del imperio romano se empadronasen en el lugar de donde eran originarios. María y José como descendientes que eran de David, estaban obligados a ir a Belén.
No ignoraba Jesús en qué lugar debía nacer y así inspira a sus padres que se entreguen a la Providencia, y que de esta manera concurran a la ejecución de sus designios. Almas interiores, observad este manejo del Divino Niño, porque es el más importante de la vida espiritual: aprended que el que se haya entregado a Dios ya no ha de pertenecer a sí mismo, ni ha de querer si no lo que Dios quiera para él.Lectura de la Palabra de Dios Lc 1,26-56
“En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo»*. Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró.En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?” Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia —como lo había prometido a nuestros padres— en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa.” Palabra del Señor.
Meditación
María, con la “dulzura de su mirada nos ayuda a descubrir la alegría de la ternura de Dios”, porque ninguno como ella ha conocido la profundidad del Misterio de Dios hecho hombre, Jesús el Rostro de la Misericordia del Padre. Como ella, aprendamos nosotros a mirar con profundo amor a su Hijo Jesús.
Ella nos trasparenta algunos gestos misericordiosos, como el de colocarse a la escucha de la Palabra de Dios, “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”; ella supo escuchar, meditar y vivir la Palabra, “conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón” (Lc 2, 51). El papa Francisco nos dice: “para ser capaces de misericordia debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la Palabra de Dios” (Misericordia Vultus 13). Así comprendemos por qué María fue capaz de tanto amor y de tanta misericordia.
Otro gesto, el de hacerse prójimo del necesitado, “María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña”, a casa de su familiar, anciana, para ayudarla en todo lo necesitado; ella recorre kilómetros para acercarse a brindar ayuda, esa es la misericordia hecha obra.
Ella sabe ver la obra de Dios en la historia y por eso puede irrumpir en un grito de alabanza, de gozo, reconociendo el amor de Dios que se ha derramado de generación en generación (Lc 1,50). Reconocer la misericordia de Dios la lleva a ser mujer orante, mujer de la alabanza.
Como María, aprendamos a escuchar y vivir la Palabra de Dios, ponernos al servicio de los demás, e irrumpir en gozosa alabanza, de orar confiadamente, reconociendo el amor de Dios que llena toda nuestra historia colombiana y de brindar perdón y misericordia a todos.
Novena de Navidad día 7: La Generosidad (22 de diciembre)
Demos amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay amor, pon amor y sacarás amor
Signo: Resaltar la imagen de la Sagrada Familia: Jesús, María y José; colocar junto a ellos una imagen de dos ancianos: hombre y mujer. Ambientarlas con un cirio encendido.
Motivación:
En este séptimo día de la novena, reflexionemos en torno María, que nos trae al Principie de la Paz: “Nos visitará el Sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tiniebla y sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” Lc 1,78-79. “Luz para alumbrar a las naciones y gloria de los pueblos” Lc 2,32.Consideración
Representémonos el viaje de María y José hacia Belén, llevando consigo aún no nacido, al creador del universo, hecho hombre. Contemplemos la humildad y la obediencia de ese Divino Niño, que aunque de raza judía y habiendo amado durante siglos a su pueblo con una predilección inexplicable obedece así a un príncipe extranjero que forma el censo de población de su provincia, como si hubiese para él en esa circunstancia algo que le halagase, y quisiera apresurarse a aprovechar la ocasión de hacerse empadronar oficial y auténticamente como súbdito en el momento en que venía al mundo.
El anhelo de José, la expectativa de María son cosas que no puede expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si nos es lícito emplear esta expresión, adorablemente impaciente por dar a su hijo único al mundo y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles. El Espíritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del día esa santa humanidad, que El mismo ha formado con divino esmero.Lectura de la Palabra de Dios Lc 2, 22- 38
“Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel». “Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.” Palabra del Señor.Meditación
Los ancianos Simeón y Ana, personas justas, piadosas que “esperaban la consolación”, que vivían en medio de la oración y el servicio a los demás y al Templo, creyeron en el amor de Dios y aunque vivían en una situación de opresión, confiaban que Dios realizaría su amor en favor del pueblo, y se les concedió la dicha no solo de ver el “Rostro de la Misericordia” sino también de tomarlo en brazos. Todo esto fue posible gracias a que Dios ha hecho que este amor abundante sea visible, tangible, se ha hecho rostro, tiene nombre propio: Jesús de Nazaret, esto hace que Simeón exprese: “Mis ojos han visto tu salvación”, y que Ana no cese de “hablar del Niño a todos los que esperaban la redención”.Colombia tiene necesidad de “Simeones” y “Anas”, hombres y mujeres, justos, piadosos, que viviendo su servicio a los demás y a Dios hagan posible la bendición de la consolación y la redención; personas que con su espera y acción tengan la dicha de ver y tocar con sus propios brazos a Aquel que es paz y reconciliación para todos. Aquel que Simeón y Ana vieron y tocaron hoy se hace presente en el niño, en el huérfano, en el abandonado, en el anciano, en el enfermo… cuando con ellos practicamos las obras de misericordia. Tocamos la carne de Cristo tocándolos a ellos como Jesús mismo nos dice: “cuanto hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños a mí me lo hiciste” (Mt 25, 40).
Otros mensajeros de Misericordia que no podemos olvidar y que han aparecido a lo largo de estos días de la novena son los ángeles; detengámonos un momento y pensemos en sus gestos de misericordia, los vimos trayendo gozosos anuncios, ayudando a comprender la historia de Dios, alegrándose y regocijándose por éste acontecimiento maravilloso de la Encarnación, casi como en una colaboración silenciosa, disfrutando del amor de Dios en cada instante. Estas figuras nos invitan a saber disfrutar de las buenas nuevas, a ser siempre portadores de una bendición, a regocijarnos por la obra de Dios.
Hoy con estos dos ancianos, agradezcámosle personalmente a Dios las misericordias que descubrimos y que Él ha hecho personalmente en nuestra vida y así como Él ha sido tan misericordioso con nosotros, nos invite a desatar una cascada de misericordia con los demás.
Novena de Navidad día 8: La Fe (23 de diciembre)
La FE es la fuerza de la vida y sin ella andamos a la deriva: el que ha perdidola fe, ya no tiene más que perder
Signo: Resaltar las imágenes de los reyes magos, junto a ellos colocar fotos de diversas culturas.
Motivación:
María nos invita en esta Navidad a caminar como Pueblo Peregrino al encuentro con Jesús, que Ella trae y presenta entre sus brazos.Consideración
Llegan a Belén José y María buscando hospedaje en los mesones, pero no encuentran, ya por hallarse todos ocupados, ya porque se les deshace a causa de su pobreza. Empero, nada puede turbar la paz interior de los que están fijos en Dios.
Si José experimentaba tristeza cuando era rechazado de casa en casa, porque pensaba en María y en el Niño, sonreíase también con santa tranquilidad cuando fijaba la mirada en su casta esposa. El ruido de cada puerta que se cerraba ante ellos era una dulce melodía para sus oídos.
Eso era lo que había venido a buscar. El deseo de esas humillaciones era lo que había contribuido a hacerle tomar la forma humana. Oh! Divino Niño de Belén! Estos días que tantos han pasado en fiestas y diversiones o descansando muellemente en cómodas y ricas mansiones, ha sido para vuestros padres un día de fatiga y vejaciones de toda clase. ¡Ay! el espíritu de Belén es el de un mundo que ha olvidado a Dios.
¡Cuántas veces no ha sido también el nuestro!. Pónese el sol el 24 de diciembre detrás de los tejados de Belén y sus últimos rayos doran la cima de las rocas escarpadas que lo rodean. Hombres groseros, codean rudamente al Señor en las calles de aquella aldea oriental y cierran sus puertas al vera a su Madre. La bóveda de los cielos aparece purpurina por encima de aquellas colinas frecuentadas por los pastores. Las estrellas van apareciendo unas tras otras. Algunas horas más y aparecerá el Verbo Eterno.Lectura de la Palabra de Dios Mt 2, 1-12
Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo». Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel”». Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo». Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo». Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino.” Palabra del Señor.Meditación
La luz de Jesús atrae a sabios venidos de lejanas tierras… se ponen en camino… indagan, investigan, interrogan acerca del nuevo Rey… su búsqueda parte de lo natural, no tienen muchos datos pero hacen lo posible por llegar a la fuente de la verdad, y su interés es transparente pues lo que desean es “adorarle” y así lo hacen cuando al encontrarlo junto con “María su Madre, se postran, lo adoran y le ofrecen sendos regalos”. Pues “la misericordia del Señor llena la tierra” (Sal 33,5).La Misericordia de Dios sobrepasa nuestro pensamiento. He aquí cómo el amor de Dios que sobrepasa límites encuentra caminos para llevar el anuncio a lejanas tierras y atraerlos al encuentro con Jesús. Estos sabios venidos de Oriente representan la humanidad que encuentran en Jesús el rostro misericordioso del Padre. En cada rey mago reconocemos a las diferentes razas y culturas que se encuentran con Jesús. Descubramos que cada una de ellas tiene gestos de amor para con Dios, y que Dios a cada uno le manifiesta la abundancia de su misericordia.
En este día hagamos un esfuerzo para descubrir en las personas que piensan distinto a nosotros para descubrir el rostro misericordioso de Dios y ofrezcamos al Señor el incienso de nuestra oración por ellas.
Novena de Navidad día 9: La Esperanza y el Amor (24 de diciembre)
El amor y la esperanza siempre van de la mano junto con la fe
Signo: Destacar en este día la imagen de los pastores, ambientarla con canastos con frutas, bastón, sandalias… un cirio encendido.
Motivación:
Hoy terminamos la preparación para la celebración de la Navidad, y al pie del pesebre nos hemos reunido para reflexionar sobre nuestra condición de bautizados y de consagrados con el crisma de la salvación como miembros de Jesús, que ha hecho de nosotros un Pueblo de Dios.Consideración
La noche ha cerrado del todo en las campiñas de Belén. Desechados por los hombres y viéndose sin abrigo, María y José han salido de la inhospitalaria población, y se han refugiado en una gruta que se encontraba al pie de la colina. Seguía a la Reina de los Ángeles el jumento que le había servido de cabalgadura durante el viaje y en aquella cueva hallaron un manso buey, dejado ahí probablemente por alguno de los caminantes que había ido a buscar hospedaje en la ciudad.
El Divino Niño, desconocido por sus criaturas va a tener que acudir a los irracionales para que calienten con su tibio aliento la atmósfera helada de esa noche de invierno, y le manifiesten con esto su humilde actitud, el respeto y la adoración que le había negado Belén. La rojiza linterna que José tenía en la mano iluminaba tenuemente ese pobrísimo recinto, ese pesebre lleno de paja que es figura profética de las maravillas del altar y de la íntima y prodigiosa unión eucarística que Jesús ha de contraer con los hombres. María está en adoración en medio de la gruta, y así van pasando silenciosamente las horas de esa noche llena de misterios. Pero ha llegado la media noche y de repente vemos dentro de ese pesebre antes vacío, al Divino Niño esperado, vaticinado, deseado durante cuatro mil años con tan inefables anhelos. A sus pies se postra su Santísima Madre en los transporte de una adoración de la cual nada puede dar idea. José también se le acerca y le rinde el homenaje con que inaugura su misterioso e imperturbable oficio de padre putativo del redentor de los hombres.Lectura de la Palabra de Dios Lc 2,8-20
“En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad». Y sucedió que, cuando los ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado». Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en sucorazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.” Palabra del Señor.Meditación
Siempre tenemos necesidad de contemplar el Misterio de la misericordia. Los pastores después de recibir el gozoso anuncio, con una gran inmediatez se dicen “Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado. Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre” (Lc 2,15-16). Sus miradas pudieron descubrir que se había cumplido el tiempo de la salvación, que en ese niño se revelaba de manera definitiva el amor de Dios. En los pastores una actitud de acogida, docilidad y prontitud a la escucha de la Buena Noticia, que a su vez los hace anunciadores de la Buena Nueva.Como nos invita el papa Francisco en el Rostro de la Misericordia “hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre” (MV 2), por eso ante el anuncio de la Buena Nueva, como los pastores, corramos al encuentro de Jesús, ya en su Palabra, ya en la Eucaristía, ya en los que sufren… y contemplemos larga y amorosamente su presencia.
Y como los pastores no nos callemos, contemos el anuncio recibido, no olvidemos que ha llegado el tiempo de anunciar el Evangelio de un modo nuevo, gozoso, alegre, contagioso. Es la alegría de habernos encontrado con la mirada misericordiosa de Dios, mirada que nos impulsa a evangelizar y a alabar.
Colombia tiene necesidad de pastores del pesebre, pastores buenos de las pequeñas comunidades y movimientos apostólicos que sepan escuchar el anuncio de la salvación, que corran al encuentro de Dios para contemplarlo en la persona de Jesús. Es un niño frágil, pequeño, recién nacido. En Él se manifiesta el amor de Dios que siendo rico en misericordia se hizo pobre para enriquecernos con ese mismo amor. Que la celebración de la Navidad en este año de la misericordia, nos ayude a ser misericordiosos como el Padre del Cielo es misericordioso.
Oración para la familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.
Se reza: Bendita sea tu pureza...
Oración a la Virgen María
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le agradaste tú para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Se reza tres veces: Dios te salve María...
Oración a San José
¡Oh Santísimo José!, esposo de María y padre adoptivo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego por el amor que le tuviste al divino Niño, me abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.
Se reza: Padre nuestro...
Dios te salve María...
Gloria al Padre...
GOZOS
¡Dulce Jesús mío, mi Niño adorado!
¡Dulce Jesús mío, mi Niño adorado!
¡Ven a nuestras almas niñito! ¡Ven, no tardes tanto!
¡Ven a nuestras almas niñito! ¡Ven, no tardes tanto!
1. ¡Oh Sapiencia suma del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!
¡Ven, ven ven, ven a nuestras almas Jesús, ven ven, ven ven!
¡Ven a nuestras almas, Jesús, ven ven a nuestras almas!
¡No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven ven! ¡Ven ven!
2. ¡Oh, Adonaí potente que a Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos!,
¡Ah, ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuerte brazo!
Ven, ven, ven, mi Jesús ven, ven.
Ven, ven, ven que te quiero Yo.
Ven, ven, ven mi Jesús ven, ven, ven mi amor.
3. ¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto
presentas al orbe tu fragante nardo!
¡Dulcísimo Niño que has sido llamado
lirio de los valles, bella flor del campo!
¡Ven, ven ven, ven a nuestras almas Jesús, ven ven, ven ven!
¡Ven a nuestras almas, Jesús, ven ven a nuestras almas!
¡No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven ven! ¡Ven ven!
4. ¡Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas del regio palacio!
¡Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!
Ven, ven, ven, mi Jesús ven, ven.
Ven, ven, ven que te quiero Yo.
Ven, ven, ven mi Jesús ven, ven, ven mi amor.
5. ¡Oh lumbre de oriente, Sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas, tu esplendor veamos!
¡Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios!
¡Ven, ven ven, ven a nuestras almas Jesús, ven ven, ven ven!
¡Ven a nuestras almas, Jesús, ven ven a nuestras almas!
¡No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven ven! ¡Ven ven!
6. ¡Espejo sin mancha, Santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y en forma de niño da al mísero, amparo!
Ven, ven, ven, mi Jesús ven, ven.
Ven, ven, ven que te quiero Yo.
Ven, ven, ven mi Jesús ven, ven, ven mi amor.
7. Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo, Pastor del rebaño.!
¡Niño que apacientas, con suave cayado,
ya la oveja arisca, ya el cordero manso!
¡Ven, ven ven, ven a nuestras almas Jesús, ven ven, ven ven!
¡Ven a nuestras almas, Jesús, ven ven a nuestras almas!
¡No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven ven! ¡Ven ven!
8. ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto,
bienhechor rocío como riego santo!
¡Ven, hermoso Niño, ven, Dios humanado
luce, hermosa estrella, brota, flor del campo!
Ven, ven, ven, mi Jesús ven, ven.
Ven, ven, ven que te quiero Yo.
Ven, ven, ven mi Jesús ven, ven, ven mi amor.
9. ¡Ven, que ya María, previene sus brazos,
do su Niño vean en tiempo cercano!
¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario!
¡Ven, ven ven, ven a nuestras almas Jesús, ven ven, ven ven!
¡Ven a nuestras almas, Jesús, ven ven a nuestras almas!
¡No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven ven! ¡Ven ven!
10. ¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!
Ven, ven, ven, mi Jesús ven, ven.
Ven, ven, ven que te quiero Yo.
Ven, ven, ven mi Jesús ven, ven, ven mi amor.
11. ¡Véanse mis ojos, de ti enamorados
bese ya tus plantas, bese ya tus manos!
¡Prosternado en tierra te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases, te dice mi llanto!
¡Ven, ven ven, ven a nuestras almas Jesús, ven ven, ven ven!
¡Ven a nuestras almas, Jesús, ven ven a nuestras almas!
¡No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven ven! ¡Ven ven!
12. ¡Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos;
¡Ven a nuestras almas! ¡ven, no tardes tanto
Ven, ven, ven, mi Jesús ven, ven.
Ven, ven, ven que te quiero Yo.
Ven, ven, ven mi Jesús ven, ven, ven mi amor.
Oración al Niño Dios
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado”.
Llenos de confianza en Ti, ¡oh Jesús, que eres la misma verdad!, venimos a exponerte toda nuestra miseria.
Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.
Concédenos, por los méritos infinitos de tu Encarnación y de tu infancia, la gracia, de la cual necesitamos tanto.
Nos entregamos a ti, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.
Se reza tres veces: Gloria al Padre...
Bendición final
El Señor nos bendiga y nos guarde en el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
SALUDO TRINITARIO: Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Signo: Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo, sin ruidos ni grandes celebraciones; tú eres sonrisa de confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino de Dios dentro de ti.
PONER LA IMAGEN DEL NIÑO JESÚS: Un integrante de la familia pone la imagen del niño Jesús en la cuna que está en el Pesebre. Esto simboliza que Jesús recién nacido, nace en la familia y en la comunidad eclesial. Este momento debe ir acompañado con villancicos.
ILUMINACIÓN BÍBLICA: Juan 1,1-18. En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.”» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.
La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado.
- La familia se reúne en el comedor.
- La persona más joven enciende la vela blanca de la corona de adviento
- La persona responsable del hogar dirige la oración de bendición de la cena familiar:
“Jesús, gracias por tu venida; tú nos quieres mucho. Tú estás aquí muy cerca de nosotros.
- Nuestra familia te ama y quiere aprender conociendo, orando y viviendo en el corazón tu Palabra; quiere ser como tu familia, con María y José.
- Ponemos hoy en tus manos el mundo entero: a los que más queremos y a los que no conocemos, a los que están cerca de nuestra familia y a los que están lejos.
- Sobre todo, te confiamos esta noche a los que sufren más: los desplazados, los secuestrados, los desaparecidos, los migrantes, las familias que han perdido a algunos de sus seres queridos a causa de la guerra. Que esta Noche Santa de tu nacimiento les lleve consuelo y les traiga la paz.
- Mira con misericordia a todos los que promueven la guerra, que esta noche de paz, les mueva su corazón a la reconciliación.
- Muéstrate cercano a todos aquellos que esta noche no podrán celebrar la Navidad en familia, porque están enfermos, encarcelados, abandonados o trabajan para que otros la puedan celebrar.
- Bendice nuestra familia, bendice a nuestros vecinos, bendice nuestra parroquia y nuestra Diócesis. Bendice el pan que hoy nos permites compartir. Amén.”
Letanías:
- Madre de Jesús, ruega por nosotros.
- Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.