Lectura del día

Novena por la Asunción de laVirgen María.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICCIÓN

Dulce Jesús de mi vida, prenda de mi corazón, a tus pies yo me arrodillo y te pido perdón, te pido de penitencia me des la absolución, por si este día, esta noche, me muero; me sirva de confesión.
Que el padre me dé su gracia, y el hijo su bendición, que la Santísima Virgen María me conforte, por si a la hora de mi muerte no puedo pedir perdón, ahora te lo pido con un acto de contrición:
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
Amén.

OFRECIMIENTO PARA TODOS LOS DÍAS

Dios eterno e inmortal que con vuestra omnipotencia disteis el ser a María Santísima creándola exenta de pecado, colmándola de vuestra gracia y formando la creatura más perfecta de vuestra Sabiduría para dar gloria a los Cielos y Redentor al mundo; y que aunque también pudisteis exceptuarla de la común ley de morir, quisisteis que pasase por ella, pero de diferente modo, pues fue asunta al Cielo en cuerpo y alma a impulsos de vuestro amor para gozo y alegría de todos los espíritus celestiales: Os pedimos, Señor, que por los méritos de Jesús, vuestro Hijo y de su Santísima Madre, consigamos cuanto nuestras almas necesitan para llegar confiadamente al trance de la muerte, y lograr con su patrocinio soberano y el de su castísimo Esposo San José, que pasen a la posesión de la vida eterna, en donde os amemos, alabemos y bendigamos para siempre.
Amén.

Novena por la Asunción de la Virgen María ~ Día Primero | 6 de Agosto

Lema: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?” (Lc 1:26-34)

Comentario

María, la joven doncella de Nazaret, a la que Dios le ofrece la maternidad divina, se sorprende del anuncio del ángel, pide una aclaración y recibe una respuesta misteriosa: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti” (Lc 1:35).
María no comprende, pero cree y confía; no pone inconvenientes, no se para a pensar en sí misma: si está preparada, si tiene capacidades…; sabe que para Dios todo es posible y pone su vida a disposición de su plan divino, siendo Madre y Virgen a la vez.
“Esta opción del estado virginal por parte de María, que en el designio de Dios la disponía al misterio de la Encarnación… constituyó una opción valiente, llevada a cabo para consagrase totalmente al amor de Dios” (M.C. 37).

Nosotros, que hemos optado por consagrarnos al amor de Dios, respondiendo a su llamado, tenemos en María un modelo singular: “La Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre de la Iglesia…es nuestra Madre en el orden de la gracia. Después de Cristo y en orden a Él, María debe ocupar un puesto de privilegio en nuestra vida espiritual” (Const. 17).

Oración

Soberana Emperatriz del Cielo y de la tierra, Aurora prodigiosa, que desde el instante primero de vuestra Concepción Inmaculada desterrasteis las sombras de la culpa original, y os fue recomendada la protección del rebaño de la Iglesia; a Vos acudimos como ovejas extraviadas, implorando vuestro patrocinio; y os rogamos, que como Madre amorosa, infundáis en nuestros corazones el mayor rechazo al pecado, una penitencia constante y la caridad más perfecta para bien de nuestras almas; y que así como Vos en vuestra Asunción a los Cielos, os consolasteis con vuestro felicísimo Tránsito que deseabais por el amor puro que os animaba, nos alcancéis que también lleguemos sin temor al trance de la muerte que nos espera, y vayan nuestras almas a gozar de la felicidad eterna de la gloria.
Amén.

Novena por la Asunción de la Virgen María ~ Día Segundo | 7 de Agosto

Lema: “He aquí la esclava del Señor, Hágase en mí, según tu palabra” (Lc 1:35-38)

Comentario

“Ser esclava del Señor”, ahí está el secreto de María, la clave de su santidad. María declara con estas palabras que no se pertenece, que es propiedad del Señor, en quien ha puesto toda su confianza.

María cree, se entrega y camina a oscuras, en un fíat irreversible, pero en un fíat que es un sí gozoso al Padre, testimonio de su libertad interior, de su confianza y serenidad. No comprende, no sabe cómo se llevara a cabo su servicio, pero ella, libre y en total disponibilidad, responde: Fíat. Desde entonces, “La voluntad del Señor será la luz de su vida, su paz en el sufrimiento y la fuente de su alegría” (Pablo VI).
“Hágase en mí…” es la actitud “oyente de María”, que acoge con fe la Palabra divina, convirtiéndose en Madre de Dios por haber engendrado en su seno al Verbo. Es una actitud de “aceptación y de servicio al plan divino en la donación total de sí misma… es la actitud que debemos tener todos los consagrados siguiendo el ejemplo de María de Nazaret” (Cf. V.C. 18).
Es la actitud que queda reflejada en nuestras Constituciones: “Nuestro amor a Dios, la unión con El, la recta intención de agradar solamente a Él, han de llegar a asegurar en nosotras la disponibilidad de María: “He aquí la Sierva del Señor, hágase en mi según tu palabra” (Const. 5).

Oración

Santísima Virgen María, que nacisteis al mundo tan hermosa y perfecta, que erais la más amada ante los divinos ojos, excediendo en perfección a todos los Ángeles y Santos, y fuisteis colmada de dones por la Santísima Trinidad, confiándo los cuidados de todo nuestro bien, gracia y gloria, eligiéndoos por Madre de los pecadores: A Vos acudimos, suplicándoos que nos alcancéis una fe viva, un perfecto conocimiento de todas las verdades que nos enseña la Religión Católica; que seamos fieles constantemente a la voluntad de Dios y que, preparados, como Vos esperasteis vuestro felicísimo Tránsito en la Asunción al Cielo, nos resignemos a recibir la muerte, confiados en vuestro auxilio y en la misericordia divina para lograr la Bienaventuranza.
Amén.

Novena por la Asunción de la Virgen María ~ Tercero | 8 de Agosto

Lema: “Proclama mi alma la grandeza del Señor…” (Lc 1:46-55)

Comentario

“María en la visita a la Madre del Precursor, aparece como la Virgen orante; su espíritu se abre en expresiones de glorificación a Dios, de humildad, de fe, de esperanza, tal es el Magnificat” (M.C. 18).
Después del saludo por ambas partes, María prorrumpe en un canto de alegría, de alabanza al Dios salvador, un canto de gratitud al Dios, Padre fiel y todopoderoso, que obra maravillas con los pobres. María expresa con este poema su grandeza de alma, su gozo, el más grande que ha invadido el corazón humano – Cristo vive en ella – es un gozo unido a la humildad más profunda y a la acción de gracias porque el Señor ha mirado la pequeñez de su esclava.
Con la oración del “Magnificat”, la Virgen María nos abre caminos de esperanza, de mayor vivencia de la fe; nos abre caminos de alegría porque el que todo lo puede es fiel y misericordioso de generación en generación.
La Virgen orante – de la Visitación – nos impulse a “que sepamos acudir a las necesidades de los demás con el fin de socorrerlas, pero sobre todo para que llevemos a Jesús… y proclamemos las maravillas que el Señor hace en el mundo…” (Cf. V. C. 112)

La Virgen orante nos enseña que: “debemos ser almas de oración y de intensa vida interior, ancorada firmemente en las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad; y abnegadas, prontas siempre al “Fíat” de la propia entrega, cuando el ejercicio de la caridad nos pida sacrificio humilde” (Const. 5).

Oración

Dulcísima y amantísima María, cuyo augusto y poderoso nombre dio a conocer en todo el mundo aquellas perfecciones que fueron la esperanza de los siglos y la expectación de los justos. Vuestro Nombre, Madre piadosísima, es el bálsamo que cura nuestras heridas, y néctar suavísimo que llena de dulzura nuestro corazón: Por la grandeza de Vuestro Santo Nombre os rogamos, que de los muchos favores que recibisteis de la Santísima Trinidad en vuestra Asunción al Cielo en cuerpo y alma, nos alcancéis el que más conveniente sea en la hora de nuestra muerte, y que la recibamos con la invocación del dulcísimo Nombre de María, pasando a acompañaros en la gloria.
Amén.

Novena por la Asunción de la Virgen María ~ Día Cuarto | 9 de Agosto

Lema:“Hijo, ¿Por qué has hecho así con nosotros?” (Lc 2:41-52)

Comentario

La pregunta de María, doliéndose por la pérdida del hijo, se hace lenguaje de amor, de docilidad plena, a la vez que manifiesta su pobreza, su íntima humillación, su dolor, su entrega a los planes divinos.
“Sin embargo es consolador para nosotros saber que también la Virgen preguntó “por qué” a Jesús en una circunstancia de intenso sufrimiento… demostrándonos en esta escena evangélica que la Virgen no siempre, ni inmediatamente comprendió el comportamiento de su Hijo… pero a pesar de ello María creía, confiaba y “conservaba todo esto en su corazón” (Lc 2, 51) (Juan Pablo).
Ante este episodio que nos narra San Lucas, María nos enseña una doble actitud: su silencio ante la respuesta del Hijo y su serenidad y equilibrio, virtudes tan necesarias en nuestra búsqueda constante de Dios, a través de todos los acontecimientos prósperos o adversos, a través de toda la vida, tanto en momentos de gozo como en circunstancias dolorosas y a veces humanamente incomprensibles. María nos muestra el camino: silencio, fe y oración.

“La Sierva de María ha de distinguirse por un profundo amor filial a María Santísima, Maestra de la vida humilde y escondida en Cristo” (Const. 6).

Oración

¡Oh María, víctima purísima de amor!, que presentada en el templo del Señor en vuestros más tiernos años, os preparasteis para merecer la alta dignidad a que os había elevado el Todopoderoso: Os pedimos con el mayor fervor, que por tanta grandeza, nos concedáis que jamás nos separemos de Vuestra presencia, y que amando a Dios, nos hagamos dignos de vuestra protección y de vuestros consuelos en la hora de nuestra muerte, como los prodigasteis a los Santos Apóstoles en el desconsuelo que los afligía en los momentos de vuestra dichosa Asunción, para que consigamos veros y alabaros en el Cielo para siempre.
Amén.

Novena por la Asunción de la Virgen María ~ Día Quinto | 10 de Agosto

Lema: “No tienen vino” (Jn 2:1-4)

Comentario

Jesús y María se hallan presente en unas bodas en la ciudad de Caná. Durante el banquete, María se da cuenta de que falta el vino y con delicadeza maternal, se acerca a su Hijo para decirle: “no tienen vino”. Son unas palabras de súplica y de intercesión, que revelan la grandeza e importancia de la oración de petición. María nos enseña que la oración no es para que Dios cumpla nuestros deseos, sino para que nos cambie a nosotros a fin de hacernos instrumentos aptos en su manos, capaces de recibir sus dones.
“No tienen vino”, María sabe que el vino es algo que no puede faltar en una fiesta. Por eso, intercede ante Jesús y colabora en los planes de Dios. Así, Jesús realiza el primer milagro por la intercesión de María su Madre.

Debemos recurrir siempre a María. Ella nos lleva a Cristo. “Tengo puesta en María mi confianza… el amor a María y la imitación de su vida ejemplar nos conducirán a la más íntima comunión de vida con Jesucristo” (Const. 41).

Oración

Virgen soberana, Madre dignísima del Verbo Eterno, que al saludaros el Ángel, confesándo llena de la mayor gracia que se ha concedido a criatura alguna, fuisteis el cumplimiento de todas la promesas que ofrecían al mundo un Redentor: Os bendecimos y confesamos como a la más pura, grande y poderosa después de Dios, por tanta dignidad; y saludándoos llenos de santa alegría, os suplicamos que nos concedáis la humildad que mostrasteis en la Anunciación; y que por aquella dicha que tuvisteis en la hora de vuestra felicísima Asunción, conozcamos lo precioso de la muerte de los justos, para que así purifiquemos nuestras obras, y aprendamos perfectamente a morir, para que os veamos en la gloria.
Amén.

Novena por la Asunción de la Virgen María ~ Día Sexto | 11 de Agosto

Lema: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2:5-11)

Comentario

Con estas palabras, María nos revela su extraordinaria personalidad. De espíritu firme y decidido, en armonía con su bondad, sabe afrontar la situación con serenidad, no desiste ante el aparente rechazo de Jesús y con cierta audacia obliga de alguna manera a Jesús a actuar y a hacer el milagro de la conversión del agua en vino.
“Haced lo que Él os diga” es la consecuencia del gran amor que María profesa a su Hijo, de su profunda fe, de la aceptación plena a la misión confiada por Dios, misión que lleva a la abnegación, a la renuncia de toda complacencia, misión que comporta dolor y que hace que todas las cosas sean nuevas en Jesús. Por eso María, confiando plenamente en Él, interviene como Madre solícita, como Mujer asociada a la obra salvadora de Cristo.
“Haced lo que Él os diga” son sus últimas palabras en el Evangelio.

“La Sierva de María ha de ser – como María – : humilde y sencilla; caritativa; servicial y alegre; abierta a la convivencia y a la comprensión…” (Const. 6).

Oración

Gloriosísima Virgen María, manantial perenne de todas las gracias, que llenasteis de gozo a vuestra prima Santa Isabel, cuando dejando Nazareth, fuisteis a las montañas para santificar a San Juan Bautista con la virtud y poder del Señor que llevabais en vuestro vientre: os rogamos, Madre nuestra, que nos visitéis en todos los peligros de alma y cuerpo, nos asistáis en los males de la vida, nos ayudéis en los trabajos y nos consoléis en las adversidades, y muy especialmente en la hora de la muerte, para que nuestra alma merezca ser colocada en vuestras manos en la gloria.
Amén.

Novena por la Asunción de la Virgen María ~ Día Séptimo | 12 de Agosto

Lema: “Mi madre y mis hermanos son los que hacen la voluntad de Dios” (Lc 8:19-21)

Comentario

Las seis palabras de la Virgen nos han ido desvelando el verdadero perfil humano-espiritual de María, a través de las etapas concretas de su vida por las que Ella fue caminando en fe, esperanza y amor, en disponibilidad y aceptación de la misión a Ella confiada, conformándose progresivamente a Cristo.
María se nos muestra – decía Pablo VI – como la Virgen oyente, orante y oferente; como la Virgen fiel, coherente desde el “hágase de la Anunciación” hasta el “hágase silencioso al pie de la cruz”, ofreciéndose al Padre con Cristo y en Cristo por la Salvación del mundo.
Si la Asunción de María solo se explica a través de su Maternidad divina, también puede decirse que la Asunción fue el epílogo de la historia de María, el coronamiento de toda su vida mortal y de su misión en la tierra.
La Virgen, la llena de gracia, la que es Sagrario y Esposa del Espíritu Santo, transformada y vivificada por Él, es asunta en cuerpo y alma al cielo, está completamente compenetrada e identificada con Cristo, y ahora, en la gloria intercede por todos para que el Padre envíe sobre su Iglesia el Espíritu y configure a los hombres en su Hijo Jesús. Por tanto, bien podemos decir que la Asunción de María nos evoca también el poder de su poderosa intercesión, de ahí nuestro culto de alabanza a la Medianera de todas las gracias.

Conviene recordar que: “La nota característica de la espiritualidad de las Siervas de María… ha de ser una sólida y ferviente devoción Mariana que traduciremos en alabanza filial y en fiel imitación de sus virtudes” (Const. 6).

Oración

Humildemente Virgen María y Madre de los pecadores, que llena de amor para con los seres humanos os presentasteis en el templo para ofrecer al Eterno Padre a vuestro Hijo amantísimo, inmolándoos humillada con la ley de la Purificación: Os suplicamos nos concedáis una gracia especial, para alcanzar la virtud santa de la conformidad con la voluntad divina, y que imitándoos estemos constantemente en vela, esperando morir en Cristo, para alcanzar la felicidad de la gloria.
Amén.

Novena por la Asunción de la Virgen María ~ Día Octavo | 13 de Agosto

Lema: “María, fue asunta en cuerpo y alma al cielo” (Cf. DS 3903)

Comentario

La gloria de María en el cielo consiste en participar de la gloria de Dios, estar ya gozando de la plenitud total de Dios. María continúa en el cielo la alabanza de gloria, que había iniciado en la tierra, es decir: alaba y glorifica a Dios. Ahora podemos aplicar a María las palabras de Isaías 61, 10: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios”.
María asunta al cielo, por ser Madre de Jesús, sigue siendo Madre de todos los hombres, Madre de la Iglesia, “porque en virtud del Espíritu Santo continúa generando al Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia y a cada creyente… esta maternidad de María en la economía de la gracia perdura sin cesar… hasta la consumación perpetua de todos los siglos” (L.G. 62).
Una vez asociada a la glorificación de su Hijo, María continúa intercediendo en el cielo como Mediadora al Mediador y de esta forma, el recurrir a María debe conducirnos al encuentro con Cristo y por medio de Él llegar al Padre.
“María es la figura de una Mujer que, calladamente y en espíritu de servicio, vela por la Iglesia y la protege benignamente en su camino hacia la Patria hasta que llegue el día glorioso del Señor” (Cf. Pablo VI, 2-2-1974)

“María debe ocupar un puesto de privilegio en nuestra vida espiritual como Madre y Maestra. María es, en efecto, modelo de virtudes para toda la comunidad de los elegidos, signo de esperanza y consuelo” (Const. 41).

Oración

Santísima Virgen María, que llena de alegría y herida del dardo de amor divino, conseguisteis en vuestra dichosa Asunción los inefables gozos que inundaron vuestra bendita Alma como premio debido a vuestra singular pureza; y con el triunfo más brillante fuisteis llevada por vuestro Hijo Jesús a los Cielos: os rogamos, que nos amparéis en todos nuestros peligros, y especialmente en la hora de la muerte, para que con la invocación de los dulces y consoladores nombres de Jesús, José y María, pasemos a gozar de los consuelos eternos.
Amén.

Novena por la Asunción de la Virgen María ~ Día Noveno | 14 de Agosto

Lema: "Alegría del alma en el Señor" (Lc 1, 46-55)

Comentario

"Dichosa tú por haber creído" (Lc 1,45). Vinculando esta expresión de Isabel dirigida a María con la de Jesús dirigida a Tomás «dichosos los que crean» (Jn 20,29), vemos cómo esta bienaventuranza, que interesa a toda la humanidad, designa el culmen de la libertad humana: es dichoso y feliz y realiza el designio de Dios quien alcanza la plenitud de su vocación. La libertad humana está hecha para la fe, en la que obtiene su perfección y su culminación.
El hombre se salva, no simplemente obedeciendo a una ley exterior, sino amando, entregándose y creyendo en Dios. María, dichosa por haber creído, es figura antropológica de la vocación humana a la felicidad.

Oración

Soberana Reina del Cielo y Madre amantísima de los hijos de Adán; a Vos, en quien Dios ha confiado todos los tesoros de su poder, sabiduría y bondad, para que seáis la especial protectora de cuantos vivimos en este valle de lágrimas, y que coronada de gloria en la Patria celestial amparáis, protegéis y socorréis a cuantos os invocan: os pedimos, que aunque indignos, nos recibáis en el número de vuestros hijos amados, auxiliándonos con vuestra protección poderosa. No nos neguéis Madre mía, esta gracia, y las que hemos pedido en esta novena. Libradnos de todo peligro; finalmente, os rogamos por las benditas almas del Purgatorio, a fin de que prontamente pasen a gozar de Dios en la gloria, en la que todos os alabemos junto a la Santísima Trinidad eternamente.
Amén.


Peticiones

I

Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

II

Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María…y Gloria al Padre

III

Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María…y Gloria al Padre

ORACIÓN FINAL

Dios te salve Reina de los Ángeles y Señora del mundo; refugio y auxilio de los cristianos y consuelo de los afligidos; acoged, Madre Santísima y bendita, las súplicas con que invocamos vuestra especial protección en las necesidades y peligros que nos afligen; concedednos, oh Virgen Inmaculada, lo que os pedimos en esta novena, si es voluntad divina y conviene para nuestra salvación. No nos olvidéis, Madre soberana, y defended bajo vuestro manto protector a la Santa Iglesia Católica y a todos vuestros devotos, para que así consigamos serena y dichosa muerte, y la posesión de la vida eterna.
Amén.

BENDICIÓN FINAL

   Dulce Madre, no te alejes, tu vista de nosotros, no apartes, ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes; y ya que nos amas tanto como verdadera Madre, haz que nos bendiga: el Padre, el Hijo , y el Espíritu Santo. Amén.