Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo.
Amén.
ACTO DE CONTRICCIÓN
Dulce Jesús de mi vida, prenda de mi corazón, a tus pies yo me arrodillo y te pido perdón, te pido de penitencia me des la absolución, por si este día, esta noche, me muero; me sirva de confesión.
Que el padre me dé su gracia, y el hijo su bendición, que la Santísima Virgen María me conforte, por si a la hora de mi muerte no puedo pedir perdón, ahora te lo pido con un acto de contrición:
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por Jesucritso nuestro Señor,
Amén.
¡El Ángel se le presento a la Virgen María!
Lucas 1, 28-31 y 38
El ángel entró en Su casa y la saludo, diciendo: «Alégrate” Llena de Gracia, el Señor está Contigo».
Al oír estas palabras, Ella quedó desconcertada y se preguntaba que podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: «No temas María porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús»…
Dijo María: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra»
La Pureza de Nuestra Señora:Lo primero, considera cuán agradable es al Señor la Pureza, pues es el Esposo que se apacienta entre azucenas, y así escogió Madre Virgen y le dio un Esposo Virgen; y de aquí conocerás cuánto ama Dios a esta Virtud.
Lo segundo, considera cuánta sería la Pureza de la Señora, pues enamoró de suerte al Rey de la Gloria, que dejó su Reino y vino a tener gloria en el Regazo de su Madre, pues esta Purísima Virgen era más pura que todos los Angélicos Coros juntos, y fue admiración para ellos la Pureza de su Reina y Señora.
Lo tercero, considera que si quieres agradar a JESÚS y MARÍA, lo harás siendo muy pura, pues cada uno ama a su semejante, y así procura asemejarte en la pureza a JESÚS y a MARÍA, y serás amada de sus Majestades, y para ello huye los riesgos, evita los peligros, estate recogida, mortifica tu carne y dile al Señor:
Mi JESÚS, dame Pureza,
Pues es tanta su hermosura,
Que al ver a MARÍA tan pura,
Te enamoró su belleza.
† Padrenuestro... Ave María... Gloria...
¡Visita de María a su prima Isabel!
Lucas 1, 39-45
En aquellos días María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel llena del Espíritu Santo, exclamó : «Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu Vientre»!
Feliz por haber creído que se cumplirá, todo lo que te fue anunciado de parte del Señor.
El Amor a Dios de la Señora:Lo primero, considera que a Dios le debemos amor, porque es nuestro Señor, Creador, Conservador, Redentor y Glorificador, y siendo tan infinitamente bueno, hermoso, Sabio, Omnipotente, liberal, etc. Todos estos atributos piden de justicia que amemos a tan gran Señor.
Lo segundo: considera qué tanto lo amaría la Señora, pues ella sola conoció quién era el Señor con más luz que todas las criaturas. Y así, ¡qué inflamada estaría en su amor, cómo le diría mil afectos, y qué fina procuraría agradarle!
Lo tercero, mira cuánto te ama a ti Dios, pues por tu amor se hizo hombre, y si amor con amor se paga, ama tú a Dios; y para amarlo es necesario que no ames con apego a las criaturas, que es muy celoso el amor de Dios, y no deben ser amadas las criaturas con apego, pues todas son miserables, ruines, viles, desagradecidas; y Dios sí. pues solo Él es bueno, Santo y digno de amor. Y dile:
Dame, mi JESÚS, tu amor,
Por tu Madre Virgen Pura;
Y no ame yo a la criatura
En ofensa del Creador.
† Padrenuestro... Ave María... Gloria...
¡El cántico de María! (Magnificat)
Lucas 1, 46-50
María dijo entonces: Proclama Mi alma la Grandeza del Señor, y Mi espíritu se estremece de gozo en Dios, Mi salvador, porque Él miró con bondad la pequeñez de Su servidora.
En adelante todas las generaciones Me llamarán feliz, Porque el Todopoderoso ha hecho en mí, grandes obras: !Su Nombre es Santo!
La Caridad de la Señora con los hombres:Lo primero, considero considera lo que Dios ama a las criaturas, pues dice San Juan que tanto amó Dios al mundo que le dio a su Unigénito, y por amor encarnó y se hizo Hombre. Si un Rey se hiciera esclavo por libertar a su esclavo, ¿no fuera prueba de amor?
Lo segundo, mira cómo la Señora nos amó, pues estaba en Oración pidiéndole al Señor que redimiese al mundo cuando la saludó el Ángel; y después de que fue Madre de Dios, viendo lo que Dios amaba a los hombres, ¿cuánto los amaría la Divina Reina?
Lo tercero, procura imitar a JESÚS y MARÍA amando a tus prójimos, haciéndoles bien y no queriendo su mal, perdonando las injurias que te hubieren hecho, y mira que Dios no te amará si tú aborreces a tu prójimo, y así ruega por los que a ti te aborrecen, y pídele a Dios por ellos con caridad, y haz muchos afectos de ella. Y dile:
Dame Caridad, Señor,
Que a todos quiero querer,
Mas no les deseo tener
Amor, sino por tu amor.
† Padrenuestro... Ave María... Gloria...
¡Y llegó el momento de ser Madre!
Lucas 2, 6-7
Mientras se encontraban en Belén le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a Su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.
La Obediencia de la Señora:Lo primero, considera que por la inobediencia de nuestros padres entró en el mundo la muerte; y así convenía que viniese el Redentor, en forma de Siervo, para darnos la vida, ¿y a quién admira ver al Señor obediente?
Lo segundo, mira cuánta fue la obediencia de la Señora, que dijo que era Esclava la que era Reina, porque es propia virtud de los Esclavos el ser obedientes, y cuánto agradó al Señor la obediencia de la Señora, pues luego que obedeció, encarnó el Verbo Divino en sus Purísimas Entrañas.
Lo tercero, procura imitar a JESÚS y MARÍA en ser obediente, si quieres que MARÍA te tenga por hijo y JESÚS por hermano, pues qué mayor honra ni qué mayor grandeza que lograr por obediente el ser hermano de JESÚS e hijo de MARÍA. Pondéralo bien, y dice:
Mi JESÚS, hazme obediente
Para evitar con tu gracia
No caer en la desgracia
Que introdujo la Serpiente.
† Padrenuestro... Ave María... Gloria...
!El Niño Jesús en el Templo!
Lucas 2, 41 y 46-50
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a las fiestas según la costumbre, y cuando éstas terminaron se regresaron; pero el Niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran Sus padres.
Al tercer día lo encontraron, en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas: todos los que oían quedaban desconcertados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo quedaron extrañados, y le dijo su Madre: Hijo ¿Por qué te has portado así con nosotros? Mira con que angustia te buscábamos tu padre y yo!!
Él les contestó: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debia ocuparme de los asuntos de mi Padre?
Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con Sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos.
Su Madre conservaba estas cosas en Su Corazón.
La Humildad de la Señora:Lo primero, considera lo que Dios ama a los humildes, y lo que aborrece a los soberbios: Míralo en los Ángeles, pues a los humildes les dio una eterna Gloria, y a los soberbios echó a un eterno Infierno. Y así dice el Señor se humilló, como dice San Pablo, bajando del Cielo a la tierra a tomar nuestra bajísima naturaleza.
Lo segundo, mira cuánta fue la humildad de la Altísima Reina; y óyeselo a la misma Señora, que después de haber encarnado el Divino Verbo en su Purísimo Seno, dijo en su Cántico que porque vio el Señor la humildad de su Sierva, hizo el brazo Omnipotente cosas grandes en ella.
Lo tercero, procura ser humilde, pues a los humildes da Dios su gracia, y a los soberbios resiste; y si eres humilde, imitarás a JESÚS y MARÍA, y si eres soberbia, tendrías al demonio por dechado. Escoge, pues, de estas dos cosas, y dile al Señor:
Mi JESÚS, pues que te agrada
La Humildad, hazme de modo
Humilde, que lo sea en todo,
Conociendo que soy nada.
† Padrenuestro... Ave María... Gloria...
!Las Bodas de cana!
Juan 2, 1-5
Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la Madre de Jesús estaba allí.
Y Jesús también fue invitado con Sus discípulos. y, como faltaba vino, la Madre de Jesús Le dijo: «No tienen vino».
Jesús Le respondió: Mujer ¿Qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía.
Pero Su Madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que Él les diga.»
La Mansedumbre de la Señora:Lo primero, considera la mansedumbre del Señor, pues dicen los Profetas que cuando encarnó bajó al suelo como un Cordero, y qué agradable virtud será esta a sus Divinos ojos, pues escogió por Madre a una Señora tan mansa, que la llama su Paloma.
Lo segundo, mira cuán sin hiel es esta Divina Paloma, toda dulzuras y suavidades para con sus hijos, pues aun los más pecadores hallan en la Señora mansedumbre, piedad, favor y consuelo.
Lo tercero, procura ser mansa de corazón, pues JESÚS y MARÍA se pusieron por ejemplares para que los imitemos. Y mira cuán dulce virtud es esta, cuán amable y cuán hermosa, pues aun a los que no tienen mansedumbre les parece bien, pues ¿tú cuántas veces has envidiado a los mansos?; y si quieres serlo, haz de tu parte y dile:
Dame, Dios mío, Mansedumbre,
Porque ya deseo imitarte,
Y con ella gusto darte,
Y al demonio pesadumbre.
† Padrenuestro... Ave María... Gloria...
¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
Mateo 12, 46-50
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera trataban de hablar con Él.
Alguien Le dijo: «Tu madre y Tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte»
Jesús les respondió: ¿Quién es Mi Madre y quienes son Mis hermanos?
Y señalando con la mano a sus discípulos agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos, porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el Cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».
El Silencio de la Señora:Lo primero, considera los bienes del silencio, pues de callar jamás resultó mal. Y si Eva no se hubiera puesto a pláticas con la Serpiente, no nos hubiera perdido a todos.
Lo segundo, mira a la Señora, que callada, pues, en todos los Evangelios, no se oye plática larga suya, y muy pocas veces que habló, fueron pocas palabras, y sabiendo la Divina Reina más que todos los Querubines, no despegaba silenciosa sus sapientísimos labios.
Lo tercero, procura imitar a la Señora, y evitarás muchos males a tu Alma, pues de las conversaciones no se saca más que abrojos para el Alma, y aun espinas para el cuerpo; y si te pareciere vida pesada el silencio, es verdad que es pesada, pero sin pesadumbres. Y di al Señor:
Pon a mi boca, Señor,
Guarda, y a mis labios puerta,
Para que solo esté abierta
A darte gloria y honor.
† Padrenuestro... Ave María... Gloria...
¡Bienaventurados los que creen y guardan la Palabra de Dios!
Lucas 11, 27-28
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y dijo: «Feliz el seno que Te llevó y los pechos que Te amamantaron»
Jesús le respondió: «Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica.»
El Retiro de la Señora:Lo primero, considera que en el retiro es a donde Dios favorece a las Almas, pues a su Esposa le dijo que la llevaría a la soledad, y allí le hablaría al corazón; y así no hay duda que el retiro es cosa agradable al Señor.
Lo segundo, mira cuánto le agradó a la Señora, pues observó tan grande encerramiento, y así cuando el Ángel le anunció la ENCARNACIÓN del Verbo Divino, la halló sola, retirada y encerrada; porque como el bullicio sea tan contrario a la quietud, es preciso para que haya quietud, huir del bullicio.
Lo tercero, procura imitarla, y hallarás a Dios, y con su Majestad, todos los recreos y gozos que no se hallan en las criaturas, pues con ellas no tendremos sino disgustos y amarguras, y si no, consulta a tus experiencias, y verás esta gran verdad. Y di al Señor:
Si en la Soledad me miro
Con mi Dios acompañada,
Quiero vivir retirada
Por no llorar su retiro.
† Padrenuestro... Ave María... Gloria...
¡Jesús nos da a María como Madre!
Juan 19, 25-27
Al ver a la Madre y cerca de Ella al discípulo a quien él amaba,
Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo».
Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu Madre».
La Templanza de la Señora:Lo primero, considera que la gula ha sido ocasión de innumerables daños, y el primero y causa de todos fue la culpa de nuestros primeros padres, la cual fue comer un solo bocado. ¡Oh, qué desgracia tan grande: que el no mortificarse nuestra madre perdiera al mundo!
Lo segundo, mira la templanza admirable de la Señora, pues solo frutas y algún pececillo era su sustento, porque como vino a reparar el daño de Eva, que provino de comer, convenía que el remedio fuese la abstinencia. Y aunque la Virtud de la Templanza modera nuestras acciones, especialmente se refrena el apetito en comer y beber.
Lo tercero, mira cuánto se agradará el Señor de esta Virtud, pues la observó, y el Evangelio nos refiere que ayunó cuarenta días. Y al Banquete que te convida es el de su Santísimo Cuerpo, y así dile:
Señor, tu Cuerpo Sagrado
Quiero que sea mi sustento,
Pues solo este Sacramento
Sustenta con un bocado.
† Padrenuestro... Ave María... Gloria...
GOZOS
Tú eres virgen sencilla y humilde, que acogiste con fe y con amor a tu Dios,
que venía a encarnarse en el pueblo, que espera su salvación.
Te aclamamos oh María, Madre de la Anunciación.
A Gabriel asombrada dijiste: “Soy la sierva, la esclava de Dios,
que se cumplan en mi tus palabras, yo bendigo, yo acato tu voz”.
Te aclamamos oh María, Madre de la Anunciación.
Dios te salvó, María, te llenó de su fuerza complaciente;
como el fuego del sol llena la aurora, como el agua la fuente.
Te aclamamos oh María, Madre de la Anunciación.
Con razón es honrada, con especial culto por la Iglesia; ya desde los tiempos más antiguos…
es honrada con el título de madre de Dios, a cuyo amparo
los fieles en todos sus peligros y necesidades acuden con sus súplicas.
Te aclamamos oh María, Madre de la Anunciación.
En María la unión con Dios llegó a la consumación de la unidad;
contemplemos este perfecto modelo y aprendamos de nuestra purísima madre,
lo que necesita nuestra alma, lo que Jesús nos pide, lo que la caridad exige en la cotidianidad.
Te aclamamos oh María, Madre de la Anunciación.
ORACION FINAL.
Madre y Reina de la anunciación, a tu corazón de madre entrego mi Alma, mis pensamientos, recuerdos, imaginaciones, deseos y temores.
Recibe mi corazón para que sea un solo palpitar con el vuestro, mi cuerpo con sus sentidos; quiero mirarte Madre con gratitud.
Te entrego mi lengua, que en cada frase que pronuncie, repita: «Soy todo tuyo».
Quiero pedirte más amor para el Santo Padre, para la Iglesia y para todos mis hermanos. Madre Bondadosa, desde hoy quiero vivir contigo, que tu dirijas mis pasos y deseos y para eso, al empezar una acción me diré: ¿Cómo lo haría María?. Te entrego mi vida espiritual, que sea un sólo vivir en el amor del Espíritu Santo, para todos mis hermanos.
Amén.
BENDICIÓN FINAL
† Dulce Madre, no te alejes, tu vista de nosotros, no apartes, ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes; y ya que nos amas tanto como verdadera Madre, haz que nos bendiga: el Padre, el Hijo ✠, y el Espíritu Santo.
Amén.